sábado, 21 de julio de 2012

Más ciudadanos en política

Amigos y amigas, todos estamos ya hartos de unos políticos que no nos representan, que hacen de la vida pública su cortijo privado y toman medidas en beneficio de la clase más favorecida de la sociedad.

Se pueden reclamar medidas contra ellos en las manifestaciones, recogidas de firmas, etc. pero no es suficiente.

Necesitamos que todos los ciudadanos, o muchos más de los que ahora mismo actúan, participen en política.

Cuando digo que participan en política puede ser de varias formas:
  1. Yendo y difundiendo las manifestaciones y acciones en contra de determinados  actos públicos o buscando conseguir derechos.
  2. Participando en asociaciones y grupos activos de la vida social para algún fin concreto, asociaciones de vecinos, asociaciones ecologistas ...
  3. Entrando en algún partido político para intentar cambiar las cosas desde dentro de las instituciones.
Me quiero centrar en este tercer punto, pues considero que es el que más puede cambiar las cosas.

Sí un tercio de la población de este país entra en algún partido político va a desplazar a la casta dirigente a una minoría, se podrán cambiar los partidos y hacer llegar a las instituciones la voz del pueblo, que es lo que se necesita.
Se va a poder actuar para mejorar nuestro nivel de vida, se podrá cambiar los beneficios de los gobernantes, la ley electoral, se podría desbancar a los partidos tradicionales, o cambiarlos desde dentro.

Os animo a que os intereséis por los partidos, fuera de ideologías de derechas e izquierdas, que leáis programas, principios y estatutos de varios, y probéis en participar en el que menos se separe de vuestras ideas. Hay que substituir a los políticos profesionales que consideran esto únicamente como un trabajo, por políticos pasionales que quieran hacer algo para mejorar la vida de todos, desde la normalidad del día a día.

Por mi parte, como apunte personal, en la Comunidad Valenciana, os animo a que conozcáis a Compromís, grupo donde yo participo desde principio de este año, donde os recibiremos con una sonrisa para hablar de cuales son nuestros principios y donde estamos y donde tenemos una organización horizontal, donde todo el que entra puede aportar ideas, acciones y ganas, las cuales se tomarán en cuenta y tendrán consecuencias positivas para todos.

jueves, 19 de julio de 2012

Política ciudadana

La política consiste en opinar y aportar soluciones para intentar mejorar la vida de la gente, y participan en ella tanto los ciudadanos como los políticos y gobernantes.

Siguiendo esta definición, cualquiera hace y puede hacer política, y es importante que esta llegue a su objetivo.

Cuando una persona ejerce su derecho al voto está haciendo política, y está exigiendo a los políticos que haga aquello para lo que le ha votado según su conciencia.

Es importante este concepto, pues el político elegido para un puesto público debe de responder ante sus votantes en primer lugar y ante toda la población en segundo lugar. No tiene que responder ni ante los bancos, ni ante las compañías energéticas, ni tiene que ganar puntos dentro del partido para tocar un poco de poder.

Si un político no responde ante el pueblo, se queda ajeno a éste, por lo que hace cosas que no beneficiará a la mayoría de la población, tal y como ha dado su palabra de hacer.

Para que conseguir que estén más cerca de la realidad se podrían hacer varias cosas, por ejemplo, desbloquear las listas electorales, que los electores elijan no sólo el partido a votar, si no también el orden de la lista.
Esto obligaría al político a estar en contacto con la población, para que lo conozcan (hoy en día eso no pasa) para que lo elijan antes que a los demás y poder desempeñar su trabajo en las administraciones.
Relacionado con esto, en mi opinión, también se debería de obligar que los políticos electos tengan reuniones en su circunscripción de forma periódica con los ciudadanos, al menos una vez al mes, donde se explique lo que se está haciendo, en que se trabaja, que propuestas se estudian o rechazan, donde se reciban propuestas y necesidades de los ciudadanos, para poder elaborar propuestas o trabajar sobre ellas, en definitiva, para que tanto el político como el ciudadano hagan política día a día, estando siempre en contacto con la realidad y no en una nube ficticia como parecen encontrarse muchos de nuestros representantes.

martes, 17 de julio de 2012

Eliminemos la casta política

Últimamente se habla mucho de la injusticia que es algunos sueldo y dádivas de los políticos.
Con ello se tiende a generalizar y se habla de los políticos en general pensando en la "casta política" que nos gobierna.

Esta "casta", en la peor definición de la misma según la RAE, la número 3, la que se ha puesto de manifiesto con episodios como los de Andrea Fabra, o la mayoría de políticos del PP, PSOE y CIU con puestos en el Congreso, Senado, Diputaciones, Autonomías y Ayuntamientos grandes, son los que dan mala imagen a todos los políticos, blindando su bienestar y haciendo de la política un trabajo en el que solo importa estar, siendo irrelevante si lo que hacen provoca que la gente viva mejor o peor.


Esta gente se dedica a repartirse el poder, colocando a sus familiares y amigos en puestos con sueldos importantes, mintiendo a la ciudadanía y corrompiendo la vida pública hasta lograr un desprestigio de sus compañeros que, por ejemplo, trabajan por conseguir un mejor nivel de vida en los pueblos pequeños.


Estos personajes de la vida pública legislan para beneficiar a empresas privadas a cambio de mantener un estatus no acorde con su función y asegurar el futuro para ellos y los suyos.


Para eliminar este resquicio tan poco democrático de la sociedad se necesitan varias actuaciones:

  • En primer lugar eliminar los beneficios de los políticos, como los temas de la jubilación y las dietas por asistir a su trabajo. Deben considerarse trabajadores normales, con un sueldo acorde a su responsabilidad, sin ninguna contraprestación adicional por hacer su trabajo, el cual es servir al ciudadano, no servirse de ellos.
  • Hay que limitar el número de asesores y personal no elegido democráticamente al mínimo, para que no puedan colocarse entre ellos.
  • Además, deben eliminarse los puestos a dedo de la administración, directores generales, secretarios, etc. que deben de ocuparse por funcionarios, en periodos superiores a las legislaturas, y por concurso abierto, calificando solo los méritos o un examen.
  • Importantísimo, hay que limitar el tiempo de vida política. No es nada sano que una persona entre con 20 años en política y salga de ella cuando ya no esté en condiciones físicas de seguir. En mi opinión debería limitarse a 12 años como máximo en cada nivel de la administración. Más tiempo acomoda y crea estas castas.
  • Todos los políticos que son electos tienen la responsabilidad de legislar, por ello no debería poderse llegar a esa responsabilidad si no han tenido ninguna a lo largo de su vida. Exigiría una experiencia laboral previa o una formación específica para poder trabajar en política.
  • Y, por supuesto, transparencia total en todos los contratos públicos, que no haya ni un solo euro de la administración sin justificar ni ningún contrato adjudicado de manera turbia a algún amigo.
La política es necesaria para mejorar la sociedad, pero hay que deshacerse de esta rémora, y para ello lo primero que se necesita es que se les deje de votar, para que políticos valientes y comprometidos eliminen sus ventajas.

martes, 3 de julio de 2012

Reforma modelo relaciones laborales

A parte de la modificación del sistema de prestación por desempleo y la financiación de este, otro cambio necesario sería el de la indemnización por despido.

El problema que tenemos ahora es ese, que tenemos indemnización por despido, pero no gratificación por buen trabajo.
Con esto quiero decir, por ejemplo, que si hay un buen trabajador, eficiente, disciplinado y buena persona, cuando deje de trabajar tendrá únicamente la pensión que le corresponda.
Sin embargo, el trabajador conflictivo, improductivo, o simplemente que antes de llegar al final de su vida laboral provoca su despido para cobrar la indemnización, habrá recibido dinero por sus despidos durante toda su vida.

Los autónomos o buenos empleados están en total desventaja a los malos trabajadores, lo que provoca, además, que se fomente este tipo de conductas entre las personas.

Hay un modelo de indemnización, vigente en Austria por ejemplo, que contentaría a empleados y empresarios, y en el cual se basa el principio de flexiseguridad.


En este sistema, el trabajador va acumulando un depósito proveniente de sus años trabajados, el cual llevará con él, si quiere, hasta el día de su jubilación.
Si una persona deja un trabajo, podría disponer de este dinero para emprender una nueva aventura, o podría no usarlo y adherirse al sistema de protección social descrito en post anteriores, dejando este dinero para su jubilación.

Debería de modificarse la aportación de las empresas y del trabajador a la prestación social que describí en el post anterior, dejando aproximadamente un 5% del sueldo bruto entre lo que aporta la empresa y el trabajador (aproximadamente 3% empresa, 2% trabajador). Seguramente sería necesario aumentar los impuestos para ello.

Cuando un trabajador lleve mucho tiempo en una empresa debería de bajarse sus cotizaciones por desempleo o contingencias comunes, por ejemplo, si pasa de 5 años se reduce el tipo de desempleo de 5,50% al 5%, si pasa de 10 años del 5 al 4,5%, si pasa de 20 años pasamos a 4% y bajamos las contingencias comunes del 23,60 al 20 %.
Con esto se fomentaría el trabajo estable, y se protegería a los trabajadores de cierta edad a los cuales les resultaría difícil encontrar otro empleo teniendo que acogerse a la protección social.

Los principales de las últimas reformas laborales es que no ha incorporado un modelo de este tipo como defendieron los sindicatos e incluso se llegó a pactar, y, sobretodo, que se desprotege completamente al trabajador en la negociación de sus condiciones de trabajo, dejándolo a merced absoluta del empleador.

En mi opinión, una combinación de las medidas propuestas en estos tres últimos post, siendo aconsejable también una bajada de la jornada laboral a 35 horas, lograría un sistema más justo, solidario y humano, fundamental para la dignidad de las personas, y que, además, generaría más puestos de trabajo y actividad