martes, 17 de julio de 2012

Eliminemos la casta política

Últimamente se habla mucho de la injusticia que es algunos sueldo y dádivas de los políticos.
Con ello se tiende a generalizar y se habla de los políticos en general pensando en la "casta política" que nos gobierna.

Esta "casta", en la peor definición de la misma según la RAE, la número 3, la que se ha puesto de manifiesto con episodios como los de Andrea Fabra, o la mayoría de políticos del PP, PSOE y CIU con puestos en el Congreso, Senado, Diputaciones, Autonomías y Ayuntamientos grandes, son los que dan mala imagen a todos los políticos, blindando su bienestar y haciendo de la política un trabajo en el que solo importa estar, siendo irrelevante si lo que hacen provoca que la gente viva mejor o peor.


Esta gente se dedica a repartirse el poder, colocando a sus familiares y amigos en puestos con sueldos importantes, mintiendo a la ciudadanía y corrompiendo la vida pública hasta lograr un desprestigio de sus compañeros que, por ejemplo, trabajan por conseguir un mejor nivel de vida en los pueblos pequeños.


Estos personajes de la vida pública legislan para beneficiar a empresas privadas a cambio de mantener un estatus no acorde con su función y asegurar el futuro para ellos y los suyos.


Para eliminar este resquicio tan poco democrático de la sociedad se necesitan varias actuaciones:

  • En primer lugar eliminar los beneficios de los políticos, como los temas de la jubilación y las dietas por asistir a su trabajo. Deben considerarse trabajadores normales, con un sueldo acorde a su responsabilidad, sin ninguna contraprestación adicional por hacer su trabajo, el cual es servir al ciudadano, no servirse de ellos.
  • Hay que limitar el número de asesores y personal no elegido democráticamente al mínimo, para que no puedan colocarse entre ellos.
  • Además, deben eliminarse los puestos a dedo de la administración, directores generales, secretarios, etc. que deben de ocuparse por funcionarios, en periodos superiores a las legislaturas, y por concurso abierto, calificando solo los méritos o un examen.
  • Importantísimo, hay que limitar el tiempo de vida política. No es nada sano que una persona entre con 20 años en política y salga de ella cuando ya no esté en condiciones físicas de seguir. En mi opinión debería limitarse a 12 años como máximo en cada nivel de la administración. Más tiempo acomoda y crea estas castas.
  • Todos los políticos que son electos tienen la responsabilidad de legislar, por ello no debería poderse llegar a esa responsabilidad si no han tenido ninguna a lo largo de su vida. Exigiría una experiencia laboral previa o una formación específica para poder trabajar en política.
  • Y, por supuesto, transparencia total en todos los contratos públicos, que no haya ni un solo euro de la administración sin justificar ni ningún contrato adjudicado de manera turbia a algún amigo.
La política es necesaria para mejorar la sociedad, pero hay que deshacerse de esta rémora, y para ello lo primero que se necesita es que se les deje de votar, para que políticos valientes y comprometidos eliminen sus ventajas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario