lunes, 17 de septiembre de 2012

Pedagogía para los ciudadanos

Cuando haces una manifestación mucha gente solo está pendiente de la gente que ha ido, cual es la cifra, el número, como decía el principito, el del libro, los adultos solo piensan en números.

Lo importante de una manifestación, más que el número de gente que vaya, es cuantas personas conocen sus propuestas, cuantas comparten su reivindicación, cuantas se enteran de que ha habido un acto de protesta y cuantas conocen la realidad que les rodea.

Por mucha gente que haya o parezca que hay en una manifestación no hay que caer nunca en la autocomplacencia y hay que hacer pedagogía cada día con la ciudadanía.

Con todos nuestros amigos y familiares hay que hablar de vez en cuando, de manera amable, incluso de cachondeo y explicar nuestra visión y nuestra información sobre la situación política y social que nos rodea y, principalmente, sondear su opinión y saber que conocimientos tienen.

A la gente que nos informamos e intentamos participar en mejorar las cosas nos sorprendería darnos cuenta de la cantidad de gente que ni sabe ni contesta sobre la situación social y la influencia de los políticos en ella.

Por esto, hay que hablar y comentar, explicar y ser pacientes y comprensivos con los demás, cada uno tiene sus intereses, sus habilidades y la capacidades de crítica y comprensión de cada persona es diferente.

Y recordad, la gente que reivindica siempre es mucho menos que la que se queda cómodamente tomando algo o viendo el fútbol, por lo que nunca podemos caer en un mensaje de euforia tras una manifestación por numerosa que sea.
Os dejo la famosa frase de Martin Niemoeller erróneamente atribuida a Bertolt Brecht, a quien recomiendo leer por lo menos sus citas:
"Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí"

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